Con las Torres Gemelas no se jode
¿Alguno pensaba que había cierta letanía o descanso de las películas pro bélicas yankies, donde resulta evidente que tras la idea de patriotismo y heroicidad se oculta la verdadera cáscara de una idiosincrasia imperialista? Malas noticias amigos, este tipo de sub producto se seguirá estrenando; seguirá cosechando admiradores en todo el planeta y el patetismo del entretenimiento que hace de la destrucción y la muerte una estética peligrosa seguirá también perdurando, mientras los paradigmas no se derrumben a la par de la realidad.
Tropa de héroes arranca como la respuesta al 11 de Septiembre donde un grupo de soldados norteamericanos se cargan a medio Al Qaeda gracias al apoyo de Afganos aliados, fuego amigo y la tecnología bélica del Tío Sam. Nada de héroes de piel y hueso, sino monigotes camuflados que gritan libertad a paso redoblado.
Tampoco el despliegue de producción justifica un apunte especial. Ningún personaje con su historia civil conmueve más allá de los clichés del deber antes que la familia. No hay escenas de carácter violento al extremo más que la que se puede encontrar en cualquier serie con menos presupuesto.
Queda claro que la estrategia de ganar guerras en el cine antes que en el campo de batalla -como ocurriese con Vietnam- es una nueva forma de vender los errores y arrogancias de un país que dice defender a los débiles en cualquier lugar del mundo pero que a la larga necesita de ellos para ese pequeño gran negocio llamado guerra.