En el último tiempo llegaron a la cartelera local numerosas producciones de animación independientes que con presupuestos muy moderados brindaron historias dirigidas al público infantil.
Trueno y la casa mágica se destaca claramente entre las mejores propuestas de este tipo en lo que se refiere a los aspectos técnicos.
La película fue dirigida por Jeremy Degruson y Ben Stassen, quienes fueron responsables de Vamos a la luna (2008) y Las aventuras de Sammy (2010), que pasaron previamente por los cines argentinos.
En este caso trabajaron una historia extremadamente sencilla para los espectadores más chicos y concentraron toda la atención en los campos visuales del proyecto.
Para no ser una producción realizada por un estudio importante de Hollywood, el film presenta un buen trabajo en la animación, donde sobresale la dedicación que tuvo el diseño de cada personaje y los coloridos escenarios.
Algo que no suele ser común en estas producciones clase B realizadas por compañias desconocidas, que hacen lo que pueden con presupuestos muy limitados.
En esta película belga los directores le dieron vida a los personajes con personalidades muy bien definidas que consiguen hacer atractiva a esta propuesta.
Un film ideal para chicos menores de seis años que no tienen tantas propuestas en el cine y que los adultos pueden ver también sin que la experiencia resulte una tortura.