Cuando un amigo se va
Asumir la propia muerte o la de un ser querido es una las experiencias más difíciles que nos toca vivir como seres humanos. Es algo que tarde o temprano todos tendremos que enfrentar en algún momento. Y como en casi todas las circunstancias de la vida, el cine nunca deja de ser un reflejo de nuestras vivencias.
Truman (2015) cuenta la historia de Julián (Ricardo Darín), un actor argentino radicado hace varios años en Madrid haciendo teatro -uno de los pioneros en los tiempos en que los actores argentinos no eran contratados en el teatro español- al que le diagnostican un cáncer terminal. Decidido a no continuar con la quimioterapia y no prolongar una posible agonía, a Julián le preocupa más encontrarle un nuevo hogar a su perro Truman para cuando él no esté, que finalizar sus asuntos pendientes. Es así que en este panorama desolador su mejor amigo Tomás (Javier Cámara) regresa a España con la intención de acompañarlo en este difícil momento, pero a su vez convencerlo de que prosiga con el tratamiento.
A partir de este rencuentro los dos amigos irán recuperando algunos códigos de su amistad, mientras Julián intenta despedirse de su hijo que vive en Ámsterdam, de su prima Paula (Dolores Fonzi), sostén emocional en el día a día, y por último de Tomás. En un proceso de aceptación de la enfermedad que no solamente lo afecta a él, sino que también afecta a su círculo más cercano.
Basada en una historia real de su director (el guionista español Cesc Gay), Truman se concibe como una película con un alto grado de identificación por parte del público. Es un film que aborda de una manera sutil y acertada la complejidad que implica afrontar una enfermedad tan desgastante como es el cáncer, pero sin una solemnidad capaz de caer en golpes bajos. Y parte de esto se debe en gran medida a la química que reflejan en pantalla Darín y Cámara como dos entrañables amigos frente y detrás de escena. Una confianza que se intuye que desarrollaron durante su participación en “Una pistola en cada mano” (2012), uno de los últimos largometrajes de Gay.
También es de destacar la participación de Dolores Fonzi en el rol de la prima del protagonista. En las contadas escenas en las que su personaje se hace presente, la talentosa actriz argentina representa, casi sin diálogos, la angustia y el agotamiento que implícitamente generó el tratamiento de quimioterapia al que se sometió Julián, y del que su amigo Tomás sólo pudo enterarse a distancia mediante correo electrónico.
En determinados momentos la historia se vuelve algo predecible y desde el principio el mensaje pro-muerte digna se hace un poco obvio y artificial. Aunque no se puede pasar por alto que Cesc Gay se maneja con facilidad a la hora de representar amistades y lazos afectivos. Y esto es algo que sobresale aún más cuando hay una temática tan delicada como premisa principal.
Intima, dolorosa pero optimista, Truman conmueve y motiva por partes iguales.