Otra forma de contar historias
En Tunteyh o el rumor de las piedras (2013), película premiada en Montreal, la realizadora Marina Rubino aborda la problemática del medio ambiente en una comunidad wichí a partir de un relato que deambula ambiguamente entre la ficción y la realidad.
Filmada íntegramente en la comunidad aborigen Nop ok wet del kilómetro 2, en el Chaco salteño, Tunteyh o el rumor de las piedras pone el foco sobre el tema del agua del Pilcomayo como principal preocupación de los pobladores. Preocupación que deviene a partir de un rumor y que a lo largo del film el espectador será testigo de como algo tan simple e inconsistente puede provocar una desestabilización.
Desde lo técnico Tunteyh o el rumor de las piedras es un film con una construcción estética pocas veces vista en el género documental. No sólo en las imágenes, con encuadres de un preciosismo único, tanto por el paisaje natural cómo por la forma de retratar a los diferentes personajes, sino también en el trabajo sonoro, donde se juega permanentemente con los diferentes planos, tanto voz y ambiente, como también entre las voces.
Pero más allá de lo estético, el film es mucho más valorable por la forma en que la realizadora elige encarar la historia y desde donde se planta. Si bien puede parecer en un principio que está enfocada exclusivamente sobre la comunidad wichí, y con una problemática que puede parecer alejada a las grandes urbes, ésta es universal y puede ser trasladada a la vida diaria de cualquier persona en cualquier lugar del mundo. La analogía que se establece con los medios de comunicación y el poder del rumor, por ejemplo, da cuenta de una directora que no necesita caer en clisés y lugares comunes para decir un montón de cosas que nos atañan a todos. Simplemente cambia la forma y el modo.