Turbo

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

En una época donde la cartelera se encuentra plagada con varias películas animadas elegir una sola opción (o dos) puede llegar a ser muy difícil, más teniendo en cuenta que cada una ofrece una propuesta diferente. Y de eso se trata Turbo, porque si bien las carreras ya han sido exploradas en el cine de animación (recientemente por las malísimas Cars y Cars 2), este estreno aporta otro matiz.
El aspecto más atractivo de esta película es su originalidad: la simple idea de que un caracol de jardín pueda correr a la par de autos de Fórmula Uno es brillante. Más aún si se tiene en cuenta el gran chiste mundial que representan los caracoles en cuanto a su lentitud, lo que convierte la premisa del film en una verdadera paradoja.
Esto salió de la mente del novato director David Soren quien plasmó en su ópera prima la fascinación de su hijo por los caracoles y por las carreras.
Así, con un guión simple y sin vueltas rebuscadas la historia fluye atrapando al espectador niño y no dejando de lado al adulto para nada.
Los chistes están bien aplicados y los diferentes y diversos personajes se encargan de mostrar y señalar desigualdades, lo que sirve para dejar una especie de moraleja. La cual -afortunadamente- no es para nada anti clima porque está bien diseminada.
La animación está a la altura de los buenos estándares que nos tiene acostumbrados Dreamworks pero no innova en nada nuevo y desde el arranque se nota que no nos encontramos frente a una de las obras cumbres de la empresa.
Sólo vale destacar en cuanto a lo técnico, el sonido. Eso es lo único que sale de la media dado a que las carreras suenan de la misma manera que una real y los que son fierreros podrán apreciarlo.
Lo que le falta a Turbo para compartir cumbre con los grandes hitos de la animación reciente es épica porque lo que tiene de original se desnivela (para abajo) por falta de escenas y diálogos que trasciendan. Ni siquiera en el climax cargado de emoción se logra generar una atmósfera tal.
Pero eso es para ponerse exquisito y para los que disfruten desmenuzando películas porque el grueso del público de esta propuesta (los más chicos) lo pasará genial en la proyección. Si es que sus padres eligieron esta opción…