U23D seguramente excede a los gustos musicales, y salvo que odies a la banda más popular del planeta, podrás disfrutar esta soberbia realización. Quienes tuvimos el honor de estar en el Monumental contando el UNO, DOS, TRES, CATORCE, vimos como una cámara gigante pasaba por nuestras cabezas… en mi caso rogaba que los cables de acero fueran lo suficientemente fuertes! U23D simplemente es un recital filmado, en varias tomas y lugares, pero compaginado de manera perfecta para que parezca uno solo, y lograr transmitir a los espectadores lo que se vive en una ubicación super vip que no existe, una visión perfecta de este show. De hecho, es el complemento ideal para quienes lo vivieron, porque entre tanto salto y baile, tanto grito y emoción, jamás podrías verlo como acá. Por mi parte me hubiera gustado algo de backstage, pero el resultado visual y el sonido de esta realización cubre cualquier otra cosa esperada. U2 hizo giras mundiales difíciles de igualar por la puesta en escena, ya sea una Zooropa y PopMart… con U23D, ponen difícil que el resto se les acerque en una realización de esta magnitud. Definitivamente, esta “película” está a la altura de lo que es la banda y será un ejemplo que marcará el futuro de proyectos similares.
El rock que se toca bien de cerca U2 es una de las bandas más espectaculares del rock internacional y eso parece no ser noticia. Pero verlos a Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr. tan cerquita, gracias a los efectos mágicos de 3D, ratifica que son únicos, que no en vano están siempre un paso adelante en cuanto a producción de shows en estadios, y que, como si fuera poco, tienen esas bellas canciones que saben conmover a públicos de todo el mundo. "U23D" está filmada en el marco del "Vértigo Tour" realizado en la última gira latinoamericana, pero preferentemente las imágenes fueron captadas de los shows inolvidables ofrecidos en el estadio Monumental de River Plate, en marzo de 2006. La banda irlandesa tiene una lista de canciones tan sutiles y profundas, que podría tocar en el peor de los escenarios y lucirse igual. Pero ellos apuestan siempre a que la puesta sea un elemento clave en sus giras. Y aquí se nota más que nunca. Bono juega al límite de su expresividad, canta con el alma, se emociona y emociona aún más a los que lo miran a tres metros de distancia. Esas imágenes provocan un efecto multiplicador en el espectador, que siente que lo puede tocar, y que sentirá que casi puede oler la transpiración del que revolea la remera en la pantalla gigante, aunque todos son cómplices del juego de la imagen. No es un detalle menor la selección de temas que se eligió para este filme de 80 minutos, en donde confluyen los más grandes éxitos del grupo con canciones que quizá no estuvieron en el tope del ránking, pero nunca van en saga en calidad. U2 marca presencia tanto en la potencia de "Beautiful Day" como en "Sunday Bloody Sunday", en donde la frase "Coexista" llama a la convivencia religiosa. La defensa de los derechos humanos late nuevamente en "Mis Sarajevo", donde impacta la voz de Bono en el estribillo que grabó Luciano Pavarotti, y en "Pride (In The Name Of Love)", donde se le cede el protagonismo al público. La cámara se mete en el escenario como un ojo vouyer, pero sin abusarse del efecto. U2 y la gente gobiernan la pantalla y eso es un acierto de la dupla de directores. Entre las perlitas se destacan "One", con la introducción sutil de la guitarra de The Edge, todo un sello de identidad, y "With Or Without You", donde la gente hace el coro como si esa parte estuviese escrita especialmente para ellos. El final con "Yahweh" y el corazón latiendo en rojo es todo un símbolo. U2 lo logró una vez más.
Mark Pellington despliega una locura cinética sin igual para filmar U2 en 3D , imágenes en su mayoría logradas en los recitales de River en 2006 , Pellington (Arlington Road) con la colaboración de Catherine Owens , despliegan una arsenal de cámaras desperdigadas por todos los lugares campo , publico , escenario , aire ; todos lados , brindándonos una sensación de inmersión completa en el show , mas allá de algunas tomas imposibles con grúas que resultan confusas , o la alteración de la profundidad de campo que nos otorga el 3D ( me agache algunas veces para que Clayton no me golpee con el bajo en la cara o que Bono no me saque un ojo con el micrófono) , uno palpa desde el inicio del show la comunión de la banda con el publico gracias al frenetico montaje de las miles de tomas logradas por el director , y es mucho mas disfrutable este Bono baqueteado , con garganta raspada con un millón de whiskys , que el cantante de voz inmaculada de los 80’s , niño púber del rock alternativo y propulsor de decenas de bandas a lo largo del mundo. La presentación es en el contexto de la gira mundial How To Dismantle an Atomic Bomb, quizás el peor disco de la banda irlandesa, mas allá del impactante inicio del show con City of Blinding Lights, el mejor tema del disco, es casi inevitable pensar que los mejores momentos llegan cuando suenan los hits de los discos clásicos destacándose “Pride (In the Name of Love)”, “Sunday”, Bloody Sunday” o “Where the Streets Have No Name” entre otras. Sin dudas el cine sigue siendo el mejor lugar para escuchar música, aunque la gente quizás ya no piense lo mismo. Históricamente grandes películas musicales como The Song Remains the Same de Peter Clifton o The Wall de de Alan Parker estuvieron decenas de meses en cartelera en Buenos Aires durante los 70’s y 80’s respectivamente. Hoy obras maestras absolutas como Shine a Light del maestro Scorsese (quizás el mejor recital que vi. en mi vida) o buenas películas como U2 3D nadie las mira, pasan desapercibidas, se estrenan y duran dos semanas en cartel. Hoy Cine + Rock no se cruzan, nos da un circulo vacío. Seguiremos apostando a los festivales, gracias al Bafici vimos hace poco Tom Petty and the Heartbreakers: Runnin' Down a Dream de Peter Bogdanovich, o compraremos los DVD’s de grandes films como Neil Young: Heart of Gold de Jonathan Demme o No Direction Home: Bob Dylan del maestro Scorsese. Recomiendo todas fervientemente.