Devuelvan los peces
El reclamo de las comunidades Wichí y Weenhayek, por el Pilcomayo.
Es una historia de frontera y un reflejo de las atrocidades del ninguneo cultural a los pueblos originarios. De allí que resulte imposible valorar a Uahat. El Padre río negado para sus hijos, el documental de Julián Borrell, Franco González y Demián Santander, sólo desde el prisma cinematográfico. Porque claro, lo que cuenta la película, el reclamo de las comunidades Wichí y Weenhayek en la triple frontera de Argentina, Bolivia y Paraguay para que les devuelvan los peces a su río Pilcomayo, es un relato necesario y ausente.
Apocado en los medios, silenciado en la distancia de las grandes urbes y los recurrentes temas citadinos, Uahat plantea un conflicto político, evidenciado en cortes de ruta y burocráticas reuniones, pero sobre todo refleja las dificultades eternas para mentener viva la cultura e idiosincracia de las comunidades que se quedaron sin sábalos, pueblos de origen cazador, recolector, pescador que en las defensa de sus derechos defienden su vida. Su historia.
Todo lo contrario hizo el el Proyecto Pantalón, obra de ingeniería hídrica que en los ‘90 desvió artificialmente el río Pilcomayo sin contemplar a los pobladores. A la vista están sus consecuencias. Y eso es lo que buscan revertir. Pero hay desmontes, petroleras y un río vacío, un brazo seco. Y un pueblo que rompió el silencio.