Como fábula musical de inclusión, que tiene tanto o más de corto publicitario extendido que de verdadero relato de animación, UglyDolls funciona en su lógica naif y falta de pretensiones: delinea a sus personajes de peluche como simples arquetipos y los enlaza en una historia de aventuras más allá de los ideales de belleza y perfección. Las "ugly dolls" del título son juguetes desclasados, confinados a una vida extrañamente paradisíaca, pero alejada del propósito de su existencia: entretener a los niños. La travesía de Moxy, la curiosa heroína, consiste en el regreso al mundo de la infancia, el de los juegos y el amor incondicional.