Fue la película de apertura del último Bafici. Y es una comedia sostenida por dos mujeres, una periodista deportiva experimentada y una pasante que trabaja gratis y aporta su auto, para una investigación delirante y creativa. A una revista deportiva que sobrevive como puede con climas y códigos de otra época, llega un paquete anónimo que desabrocha el recorrido del film. Se afirma en esas supuestas pruebas que el primer mundial de futbol se jugó en la argentina en 1926, que uno de los jugadores fue Menguele (el mismísimo) y que el goleador resultó ser un jugador judío, Sammy Filkenstein, que se mandó siete goles dándole el triunfo a nuestro país. El régimen nazi logro borrar todo los rastros del certamen porque no podían soportar la humillación de un jugador judío a una raza superior. Con esa base las dos periodistas, la profesional y la novata, recorren la ciudad buscando rastros en una película (homenaje a “El centrofoward murió al amanecer), en una obra de teatro de Agustin Cuzzani y en testimonios y deducciones rimbombantes. Mientras tanto la relación de las compañeras, dos grandes actrices que sostienen el relato, pasa por momentos de avasallamiento, tortura y confidencia. Matías Szulanski se luce con esta comedia enrarecida y frenética, muy atractiva. Brillan María Villar y Tamara Leschner.