Es para prestar atención. Un afiche que auspicia a Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman y Kevin Kline no va a pasar desapercibido. Como en los viejos tiempos, un súper elenco es convocante, hagan lo que hagan, lo cual, por cierto, no siempre significa garantía de buen cine.
“Último viaje a Las Vegas” arranca con una secuencia en la cual vemos a Billy (Michael Douglas), Paddy (Robert De Niro), Archie (Morgan Freeman) y Sam (Kevin Kline) como una barra de pibes de barrio unida por la amistad, y en tal caso por el amor de Sophie (Olivia Stuck) a quien sólo veremos de niña, pero sabremos, al momento de situarnos sesenta años más adelante, o sea en el presente, que se casó con Paddy pero falleció hace dos años. El tiempo ha sido bueno con los cuatro, pero por alguna razón Billy conserva un estilo jovial, pujante y activo en su escena de presentación, mientras que los otros tres están de una u otra forma sumidos en una suerte de claustro. Sam está aburrido con su rutina, Paddy no puede cerrar el duelo, y Archie anda enfermo y sobre-cuidado por su hijo. Con la tecnología les va bien, así que luego de una conferencia telefónica Billy comunica que se va a casar, y que su prometida es unos 30 años menor que él.
Adivine dónde es la despedida de soltero…
Los cuatro parecen deslumbrados con la ciudad, y eso que un par de ellos debe tener edad suficiente como para haberla visto cuando era un desierto. En el ínterin de organizar la despedida de soltero aparecerá Diana (Mary Steenburgen), una cantante, quien revivirá una vieja rencilla muy útil para darle algo de conflicto al asunto.
Si el espectador evita hacerse preguntas, le espera un guión de comedia con algunos gags reciclados, y otros que bien podrían ser el lado azucarado de la saga de “¿Qué pasó ayer?” iniciada en 2010, o sea, sin escatología ni vómitos de vodka con nachos. Por caso se podría llamar “Cuatro viejos picarones”, y también estaría todo dicho, como ocurrió éste año con “Tres tipos duros” (2012) con el trío Al Pacino, Alan Arkin, Christopher Walken.
“Último viaje a Las Vegas” significa disfrutar un rato de cuatro enormes actores divirtiéndose mientras manejan sus personajes de taquito.
¿Si ellos no estuvieran en el elenco? Y, no, habría que buscar el guión en algún tacho de descarte en la oficina de los productores.