Cuando caen los titanes
Es triste ver a los grandes caer; esas leyendas que siguen siendo actorazos, pero que, por "X" motivo toman malas decisiones. Este es el caso del soñado elenco de Último Viaje a Las Vegas (Last Vegas), que cuenta con las actuaciones de, nada más ni nada menos, Robert de Niro, Morgan Freeman, Michael Douglas y Kevin Kline. Todos ganadores del Oscar; todos actores increíbles. Pero algo falla en esta película.
Último Viaje a Las Vegas narra cómo tres amigos de mediana edad optan por tomar un descanso de sus rutinarias y aburridas vidas y emprenden camino a la Ciudad del Pecado, para organizar una despedida para su último amigo soltero, que está por casarse con una mujer más de 30 años menor (Michael Douglas).
Entre chistes sobre cánceres, osteoporosis y Viagra, los cuatro tratan de escapar de sus problemas de "ancianos" para sentirse jóvenes de nuevo. Así, el personaje de Morgan Freeman decide hacerle caso omiso a su hijo controlador, y se empeña en pasar un fin de semana de alcohol y apuestas, mientras que Kline se dedica a buscar a una candidata que quiera ayudarlo a serle infiel a su mujer- ojo, con permiso de su esposa.
Douglas interpreta a su ya característico tipo rico y seductor, que esta vez intenta sentar cabeza, con muchas dudas, luego de más de 60 años de soltería. De Niro, en cambio, parece dispuesto a seguir con su seguidilla de interpretaciones de personajes enternecedores (El lado Luminoso de la Vida, La Gran Boda), y encarna a un viudo que no puede reunir las fuerzas para seguir adelante luego de la muerte del amor de su vida.
No hace falta decir que en cuanto a actuaciones no hay nada que criticar –un aplauso especial al siempre fantástico Robert De Niro- pero este film no logra salir de la mediocridad, a pesar del gran esfuerzo del reparto.
El guión es simplemente catastrófico –llega un punto en que ya no aguantamos más otro chiste sobre el colesterol o los problemas de cadera. Este film, que podría llegar a ser un ¿Qué pasó ayer? versión abuelitos, es una queja constante de lo que implica ser viejo, hasta los últimos 10 minutos, en los que de golpe los cuatro al mismo tiempo logran darse cuenta de lo maravilloso que es todo.
Esto lleva al interrogante de por qué estos actores se prestan a semejantes fracasos. ¿Por dinero? ¿Por placer? ¿Por compromiso con los estudios y las productoras? Lo cierto es que es doloroso ver a las estrellas de Taxi Driver, Sueños de Libertad, Wall Street y Un Pez Llamado Wanda interpretar estos papeles, pero ya vimos errores fatales como éste en el caso de Jack Nicholson en ¿Cómo saber si es amor?, y en el de Harrison Ford en Paranoia, por nombrar sólo algunos casos.
De esta manera, Último Viaje a Las Vegas se une al repertorio de maestros malgastados en guiones mediocres e ideas poco interesantes, aunque, para una tarde de películas con lluvia, nos hace sonreír en nostalgia de esos brillantes films que supieron aprovechar el talento de cuatro de los mejores actores de Hollywood de los últimos tiempos.