Con un 3D absolutamente impecable, y una historia que remite a muchas de amistad entre niños y monstruos, de ET en adelante, esta es la historia de Everest. Un joven yeti que aparece en el techo del departamento de Yi. Para reunirlo con su familia, ella y sus amigos se embarcan en una aventura épica con destino imposible: el punto más alto de la Tierra. Claro que además, tendrán que sortear amenazas: desde la científica al poderoso millonario que quieren capturarlo.
Ciertamente, no hay grandes novedades en la propuesta de Mi amigo abominable en términos narrativos. Pero al atractivo que tienen para los chicos los films con monstruo friendly, vale sumarle el placer de su puesta visual, en la que la naturaleza luminosa y pródiga, a la Moana, parece estallar frente a nuestros ojos.