Una parodia del mundo del cine
Musiak, cuenta con varias películas en su haber: ‘Fotos del alma’, ‘Cartas para Jenny’ e ‘Historias clandestinas en La Habana’. Con ‘Un amor de película’, se propuso, a través del formato de la comedia romántica, parodiar
el mundo del cine, o lo que el espectador no suele ver. Vale decir: cuáles son los conflictos que, a veces, surgen entre productores y directores, o las alianzas que se establecen en pos de mantener el negocio que a ambos les
conviene.
A esto se deben sumar los celos, o los amores no correspondidos, que se suceden entre los actores, o la competencia entre artistas que suele convertirse en algo grave. Varios de estos ingredientes toman forma, o al menos lo intentan, en esta película de Diego Musiak, cuyo guión, algo flojo, no le permite redondear muchas de las escenas.
LOS CONFLICTOS
La historia que propone Musiak, para contar el ‘cine por dentro’, tiene como base una película, que es obligado a rodar Juan (Antonio Chamizo) un director prestigioso, parar saldar una abultada deuda con Bernardo (Miguel Angel Rodríguez) su productor.
A esto se suma la reconciliación entre el director y Laura (Maria Grazia Cucinotta) su ex novia y ex productora ejecutiva y los conflictos que viven Jean Bombón (Geraldine Chaplin) una actriz mayor y Maite (Luciana Salazar)
una joven que recién comienza.
Diego Musiak desde la dirección eligió dos caminos, para ilustrar la idea de su guión. El primero fue parodiar las escenas que forman parte de un filme, del que todos saben va a ser un fracaso, pero al contar con el aval de un
realizador consagrado y primeras figuras, como Jean Bombón (una siempre exquisita Geraldine Chaplin), puede lograr un buen resultado en la taquilla, que es lo que le más le interesa a Bernardo (Miguel Angel Rodríguez), el productor.
HUMOR Y AMOR
Simultáneamente a las escenas que se suceden en el set de rodaje, se muestran las amenazas que recibe Juan (Antonio Chamizo), el director, de parte de su productor y la obsesión del muchacho por ser nuevamente aceptado por Laura, su novia, una siempre deliciosa Maria Grazia Cucinotta.
A estas situaciones, se suman otras de un humor no muy logrado, pero interesantes de observar, como las que intervienen Geraldine Chaplin (Jean Bombón) y la ascendente Maite (Luciana Salazar), que, como es de suponer,
está en el rodaje por ser la amante del productor, papel a cargo de un siempre efectivo Miguel Angel Rodríguez.
Una película a mitad de camino, en la que Musiak desperdició haber contado con un equipo de probados intérpretes, como el cubano Jorge Perugorría, Alejandro Fiore, incluso Geraldine Chaplin y el mismo ex Los Roldán, Miguel Angel Rodríguez, rodada en la siempre atractiva provincia de San Luis.