El film tiene en castellano un título cuya inspiración es nula. En inglés se llama “Pesca del salmón en Yemen” y cuenta cómo un joven científico (Ewan McGregor, que de joven solo tiene el rostro) deja de lado su estructurada vida inglesa para trabajar con un jeque yemenita que quiere tener esos bichos en sus aguas. Como todo film de Lasse Hallstrom (Las reglas de la vida), la amabilidad es tan grande que uno, inevitablemente, se duerme. Con la sonrisa amable de mirar lindos paisajes y lindas chicas, eso sí.