Una historia de amor inteligente, pausada y para debatir con rico té inglés con scones.
Hace años que una pareja adorable no brilla en la pantalla gigante como otrora hicieran Tom Hanks y Meg Ryan, una pareja que fuera " made in heaven ", pero para suplir esta ausencia llega a nuestras carteleras Un amor imposible.
El romance viene de la mano de Emily Blunt (a quien amáramos a pesar de ser detestable en " El diablo viste a la moda") y Ewan McGregor , sobre quien no es necesario que digamos demasiado, ¿no?
La historia de amor es tan impensada como interesante: él es un estricto y estructurado investigador sobre pesca y razas acuáticas que trabaja en Centro Nacional para el Fomento de la Piscicultura, atrapado en un matrimonio sin pasión, y pasa sus días en su triste oficina comiendo sandwiches que su mujer le envía en su lunchera. Nada parece salir de la rutina eterna en la que esta inmerso.
Emily Blunt trabaja en una firma que se ocupa de llevar a cabo ambiciosos proyectos para magnates que requieran algún tipo de asesoramiento financiero, en este caso un importante millonario de Yemen le encarga la introducción de las artes de la pesca en las áridas tierras que el habita.
Inicialmente el proyecto es rechazado por el joven investigador por su irracionalidad, pero luego una asesora del primer ministro británico empujará para su realización para limpiar la maltrecha imagen del mandatario.
Así, poco a poco ambos se verán metidos de cabeza en este plan que poco de realizable tiene, pero que responde al tipo de sueños que solo los acaudalados pueden darse.
La presión de la asesora de prensa del primer ministro hace de lo imposible algo probable (como tantas veces ha pasado) y ciertas cuestiones personales de la vida de Harriet (Emily Blunt) que no develaremos para no spoilearles el film, harán que ella se vuelque totalmente al proyecto. Lo cual unido a la tediosa vida del investigador Jones los llevará a un mágico viaje a las tierras del proyecto donde los números y las proyecciones se convierten en realidad.
Alli ambos comenzarán a ser personas diferentes, mas desacartonadas (no olvidemos que estamos hablando de británicos) y vencerán poco a poco sus falencias emocionales, enfrentándolas.
Un film con brillantes diálogos y esa delicadeza que posee las comedias inglesas que tanto nos deleitan, desde su vestimenta, sus reflexiones hasta una ligera pero certera crítica al mundo de los medios y su manipulación en el ámbito de la política.