La directora Paula Hernández tiene la cualidad de dejar que los sentimientos inunden sus películas y, sin embargo, consigue no saturar a sus personajes ni al espectador con sensiblería. Como lo hizo en su ópera prima, “Herencia” (2001), y como lo reiteró en “Lluvia” (2008), el encuentro y el desencuentro de los afectos es el motor de su nueva propuesta cinematográfica llamada “Un amor”. El filme relata la historia de tres amigos, en notables trabajos de los actores adolescentes Alan Daicz, Denise Groesman y Agustín Pardella. A quienes se suman Diego Peretti, Elena Roger y Luis Ziembrowski, los tres protagonistas de ese triángulo que se forma y se deshace según pasan los años. El conflicto entre dos amigos sobreviene cuando una chica llega a un pueblo y revoluciona las hormonas de los chicos, hasta que un día desaparece sin decir adiós. Treinta años después ella reaparece por sorpresa y los tres lados del triángulo comienzan a reunirse nuevamente. No hay pretensiones de moralejas ni golpes bajos, y sí una exposición de tres maneras de entender el primer amor de la adolescencia, ese que inevitablemente se recordará siempre (para toda la vida, como el título original del cuento de Sergio Bizzio). Todo ocurre en una trama que viaja del pasado al presente y viceversa. Con una fotografía cuidada y el uso sensible de la luz, una puesta en escena realista, pero nunca costumbrista, Hernández vuelve a conmover con sólo hablar de amor.