La promesa del amor y la esperanza de hallarlo, así define la guionista Christine Angot el film bellamente realizado por Claire Denis, una de las más grandes creadoras de cine francés. Un film que según la ficha técnica se basa en “Fragmentos de un discurso amoroso” de Roland Barthes, aunque no halla quedado ni una línea de él en el argumento. Y la protagonista es una voluptuosa y talentosa Juliette Binoche, una artista que busca ese amor verdadero, en relaciones previsiblemente destinadas al fracaso, donde ella no quiere conceder nada a la conveniencia y la rutina. Tiene una hija pero es dejada de lado por el guión, la maternidad no es el tema. Es una artista cotizada pero tampoco su obra es objeto de atención. Ella, valiente, orgullosa de su condición de mujer tiene encuentros amorosos. Algunos con seres desagradables. Otro con su ex al que le pesca un momento que la desagrada profundamente. O un actor. O un hombre de la campaña. No es una seductora compulsiva, no es una versión del “Don Juan”, que quiere batir algún récord, es alguien que ansia amar y ser amada y busca ese objetivo aunque a veces encuentre lágrimas y verdades desagradables. Y un final con una creativa vuelta de tuerca, un encuentro con el personaje de Gerard Depardieu que parece un psicólogo y resulta un chanta adivino que la protagonista consulta en un gesto ingenuo. Una comedia romántica que le huye a los lugares comunes del género para conectar con una verdad emotiva y real.