A la directora de White Material y Les salauds le encargaron adaptar Fragmentos de un discurso amoroso, mítico ensayo escrito por Roland Barthes en 1977, y el resultado es no solo una de las películas más logradas y accesibles de su carrera sino también el material perfecto para una actuación antológica de Juliette Binoche en el papel de Isabelle, una artista plástica divorciada y con una hija de 10 años que ingresa en una fase crítica de su vida con un sinfín de relaciones afectivas (con un banquero casado, con un actor bastante más joven que ella y un largo etcétera) que no la conforman y le generan un estado de angustia casi permanente.
Esplendorosa y vulnerable a la vez, Binoche transmite ternura y dolor con sus debilidades y sus deseos. Claire Denis se maneja con soltura y elegancia tanto en el drama como en la comedia absurda a-la-Woody Allen y tanto en lo físico/gestual como en lo intelectual.
Si algo le faltaba a este film -además de la exquisita fotografía de su habitual colaboradora Agnès Godard- es rodear a la protagonista de un elenco de grandes figuras como Xavier Beauvois, Josiane Balasko, Bruno Podalydès, Valeria Bruni-Tedeschi, Alex Descas y un Gérard Depardieu que tiene un aporte extraordinario sobre el cierre. Consejo cinéfilo: por nada del mundo se vayan cuando comienzan los créditos finales.