Un bello sol interior

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

Nos une el amor y el espanto.

Difícil de catalogar a una realizadora como Claire Denis. Probablemente la mayoría tenga su nombre de Bella Tarea, la bellísima reversión de la novela “Billy Budd” de Herman Melville que encaró con lirismo, contemplación y dureza a la vez.

Pero Denis, antes y después, no se quedó en esas aguas, y fue mutando de géneros y estilos, desde documentales, films de suspenso, de terror, de denuncia social; y ahora la comedia.

Hasta ahora, podíamos decir que una marca suya había sido la dureza de algunas imágenes o el tratamiento de las mismas mediante un lenguaje áspero, la sangre, el impacto, un impulso por no esconder lo que se puede mostrar en primer plano. Quizás algunos recuerden Trouble Every Day.

Entonces, la novedad en Un bello sol interior es la desaparición de esa dureza. Denis habla del amor, y aunque con un dejo irónico, se empalaga en él.

Basada en el ensayo Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes, Un bello sol interior se plaga de personajes en busca del amor; no desde un planteo de deseo sexual (lo cual hubiese sido más comprensible en la mirada de la directora) sino desde la pulsión romántica de necesitar estar con otro para completarse. Esta Claire Denis se asemeja un poco a Eric Rohmer , aunque sin sus bríos.

Pequeña cosa llamada amor:
Todo gira alrededor de Juliette Binoche que aquí es Isabelle una artista en las calles de París, la ciudad del amor. Madre y divorciada, su motivación es la búsqueda del amor ideal, y casi que ahí podríamos terminar el resumen de la historia.

Isabelle va y viene, es verborrágica de a tramos, se siente culposa, tiene lapsus de diatribas, y sus emociones van como en una montaña rusa bien empinada. Se enamora y es feliz, vuelve a quedar sola y otra vez cae, y así.

El problema de Isabelle es que no toma buenas decisiones. Así, sus pruebas en el amor van de entregarle el corazón a hombres que claramente no lo merecen. Un hombre casado, un actor más emocional que ella, y otros tantos que sólo buscan pasar el rato sin compromiso, o un cuerpo sexual.

A poco de iniciado el film nos encontramos con una escena cuasi erótica, que la Claire Denis que conocíamos hubiese encarado de otro modo, más franco, sucio y directo. Esa carta de presentación ya nos va dejando en claro el tono del film que busca algo risueño y naïf.

Hay alrededor de Isabelle otros personajes secundarios que también hablan y respiran amor, quizás intentando sacarle algo de la mochila protagónica a la actriz de Copia certificada, aunque difícilmente lo consigan.

Claro, tratándose de una adaptación de un ensayo de Barthes, el amor será más hablado que vivenciado. El guion arroja frases e imágenes que tratan de ser burlonamente inteligentes, como si ese fraseo romántico en realidad tuviese un dejo irónico crítico. En todo caso, ese termina siendo el punto débil del film, su pretenciosidad intelectual.

Ese aire intelectual, también se impregna en el ritmo, que si bien nos presenta una comedia, aun a sabiendas que esta no será una comedia “alla americana” y que será deudora del estilo francés; lejos estamos del timing típico de ellas, con la picardía y la ligereza bufona tradicional.

Un rostro iluminado:
Si en algo acierta Un bello sol interior es en la elección de su actriz protagónica, Juliette Binoche, como siempre que se encuentra en Francia, ilumina la pantalla, le otorga brillo, e Isabelle se convierte en un personaje interesante en su cuerpo. Todas las tribulaciones de esta mujer tan particular se vuelven creíbles en la figura de una actriz que sabe cuándo ser frágil y cuándo reponerse.

Claire Denis maneja un elenco en el que sobran figuras en roles secundarios como Gerard Depardieu, Xavier Beauvois, Josaine Balasko, Nicolas Duvauchelle, y Valeria Bruni Tedeschi, entre otros. La directora se encarga de que cada uno tenga su momento de lucimiento y acompañen correctamente a quien decididamente es el centro del relato.

También habrá que notar que, si bien, no posee el timing esperado, el relato no decae, se mantiene (casi) siempre al mismo nivel, lo cual ayudará a hacerla llevadera.

Conclusión:
Claire Denis entiende hacer comedia por hacer un relato liviano, y eso es Un bello sol interior dentro de su filmografía, un producto eficaz pero menor, con el amor como motor principal, y diálogos que de haber forzado menos su pretensión intelectual hubiesen sido más naturales y aceitados. Juliette Binoche y el puñado de secundarios de renombre terminan por apuntalar una propuesta que seguramente encontrará a su público adecuado.