“Un sol interior” revela el lado sensible de la directora Denis
Juliette Binoche luce radiante la belleza de su rostro, y su cuerpo, y el brillo de sus ojos, capaces de expresar tantos sentimientos, en esta suerte de comedia triste, libremente inspirada en el famoso libro de Roland Barthes "Fragmentos de un discurso amoroso". Las páginas de ese libro ya tentaron a varias cortometrajistas de diversas partes del mundo, y a la canadiense Lea Pool, que hizo un lindo largometraje, "Mouvements du désir". Ahora es el turno de Claire Denis, autora de prestigio intelectual y obras generalmente secas, duras. Sorprende entonces para bien, que haya cambiado un poco el tono, para hacernos querible a su personaje, una mujer de mediana edad que siempre se engancha con quien no la merece.
Así es como pasan por su vida -y su lecho- un par de pelmazos casados, y hasta el ex marido, y otros la rondan, con torpeza o excesiva emoción, sin que ella se sienta del todo conforme con ninguno. Tampoco ella sabe tratar a los posibles candidatos, según vemos en una sucesión de episodios sin mayor hilación pero bastante ejemplares. Será finalmente un chanta de buena labia, un falso vidente, quien sepa darle aliento y esperanza, y encausarla para sacar mejor provecho de su "bello sol interior". El rostro ilusionado de la mujer en ese momento es para llenar de besos. El discurso del chanta es para aprendérselo de memoria. Sóo que dura 16 minutos (no se nota) y quien lo dice es Gerard Depardieu.