La dupla Enrique Torres (guión) y Nicolás Del Boca (director) remontan su vínculo de exitosos creadores de telenovelas y arriban a este paso cinematográfico, entusiasta pero fallido. Con alguna pretendida reminiscencia de Antes del amanecer de Richard Linklater, Un buen día presenta un amor incipiente y providencial de dos argentinos en un contexto luminoso y lejano (California), con un claro aliento melodramático y algún toque de comedia. Pero esto se desbarranca producto de diálogos pretenciosos, situaciones mal resueltas y una trama general difícil de sostener con sólo dos personajes. La bella –aunque innecesariamente retocada- Lucila Solá pasea durante toda la proyección su estilizada figura pero también su prefabricada expresividad y escasa convicción dramática. Vinculada sentimentalmente con Al Pacino, la protagonista no logra dar el tono adecuado, más aún cuando la trama entra de lleno en un doloroso drama personal. El más experimentado y talentoso Aníbal Silveyra tampoco puede evitar cierta afectación, inevitable ante algunos diálogos y situaciones con las que debe lidiar, pero alrededor de su personaje se sostiene levemente la estructura dramática del film. En el final, que propone una confusa y hasta caprichosa vuelta de tuerca de tono fantástico o espiritual, la presencia de Andrea Del Boca otorga un toque de solidez actoral.