La perla negra de Nicolás Del Boca
El clan Del Boca sigue unido y salta de la televisión al cine con esta película que cuenta con guión de Enrique Torres y que habla del desarraigo de dos argentinos que viven en Estados Unidos.
Un buen día es un drama romántico rodado en la ciudad de Los Angeles y tiene como protagonistas a Aníbal Silveyra y Lucila Solá, como Manuel y Fabiana, dos argentinos que rehicieron sus vidas en el exterior y cuyos caminos se unen por accidente en una cafetería. Habrá que esperar para saber por qué.
Con este planteo, la película está alimentada por una verborragia constante (¡que bien vendría un silencio!) y construye situaciones poco creíbles que parecen salidas de la peor telenovela de la pantalla chica.
Claro que los responsables máximos son el guionista y el realizador, pero tampoco ayudan los actores. Silveyra (recordado por la versión teatral de El beso de la mujer araña), cuyo personaje es un autor, no encuentra el registro adecuado ni para el drama ni para la comedia, brindándole tics al mejor estilo Francella. Por su parte, Lucila Solá (la argentina que se convirtió en mujer de Al Pacino), se muestra sin la menor convicción para el protagónico que tiene a su cargo.
Mientras tanto, la historia juega con las corridas; los encuentros en un muelle; los recuerdos de un accidente (salpicado con un flashback por si no se entiende); las reiteraciones insoportables de palabras; caminatas en la playa y una historia de amor que tarda en concretarse y que incluye un tono dramático con "toque fantástico".
Andrea Del Boca presta su voz al papel de la madre de la protagonista y aparece en los últimos cinco minutos de película, con peluca, para simular más edad. Ella convence más que el resto y tiene experiencia en el tema.
Sin dudas, después de haber visto el film, uno descubre que los nubarrones se han adueñado de la pantalla grande. Y no hay salvación posible.