Loas a Google Earth
Con seis nominaciones a los premios Oscar y figuras de la talla de Dev Patel, Rooney Mara y Nicole Kidman, llega Un Camino a Casa (2017), del australiano Garth Davis. Basada en el libro autobiográfico “Un largo camino a casa”, de Saroo Brierley, la película cuenta la historia de un joven que -luego de extraviarse en las calles de Calcuta, a los cinco años, y de ser adoptado por una familia Australiana- decide buscar a su familia biológica.
El filme está dividido en dos registros temporales. El primero retoma la traumática infancia de Saroo Brierley, desde sus días de trabajo con su hermano y su madre en una zona rural de la india, hasta el momento en el que, por error, toma un tren que lo deja perdido en las populosas calles de Calcuta. A duras penas sobrevive durante meses, hasta que una familia Australiana (Nicole Kidman y David Wenham) lo adopta y lo lleva a vivir con ellos.
El segundo eje temporal transcurre 25 años después, con un Saroo ya adulto (Dev Patel), decide reencontrarse con sus raíces y emprende el proceso de búsqueda de sus parientes biológicos. En el medio habrá angustias varias, frustraciones, una relación tensa con su hermano político (también adoptado), el amorío de turno con una estudiante universitaria (Rooney Mara) y el contraste permanente entre la realidad de los países desarrollados y la miseria de la periferia.
Un Camino a Casa es la típica historia de vida teñida de corrección política en la que un sujeto determinado lucha contra todas las adversidades, habidas y por haber, en pos de la consecución de un objetivo noble. Es decir, el tipo de requisitos que a la academia tanto le gusta premiar, sobre todo cuando se trata de un caso basado en hechos reales.
El problema es que el filme falla en todos los rubros que suelen hacer funcionar a este tipo de películas. La narración es muy descuidada y la frialdad con la que se van sucediendo los acontecimientos impide empatizar con los protagonistas de la historia. Más aún, el guión de Luke Davis constantemente parece estar más preocupado en avanzar cronológicamente que en describir el drama de lo que va ocurriendo. Saroo crece, va a la universidad, conoce a una chica y empieza a buscar a su familia como si se tratara de una serie de pasos mecánicos que es necesario realizar. Y paradójicamente, la película se hace insoportablemente larga.
Un Camino a Casa es una de las películas más flojas de las que compiten en los Oscars. Un relato que funciona a cuentagotas, principalmente cuando se ocupa de retratar la dura vida en las calles de Calcuta. Después es un compendio de moralinas baratas sobre la adopción de niños negros como acción política para cambiar el mundo (literalmente, ¡en una escena Nicole Kidman dice eso!), actuaciones intrascendentes y un tono sensacionalista que busca conmover a partir de efectismos lacrimógenos.