Lo mejor de los caminos, está en recorrerlos…
Para Duncan, un adolescente de catorce años bastante tímido y cuyos padres están divorciados, el verano no parece muy prometedor. El nuevo novio de su mamá, interpretado de manera impecable -y saliendo de su esquema habitual- por Steve Carell, lo califica con un 3. Difícilmente algo que comience con un 3 pueda convertirse en algo bueno, ni siquiera un viaje a una casa en la playa para pasar todo el verano. No obstante, quizás sea la oportunidad para Duncan de sentirse un 10 por primera vez en su vida.
Los directores y escritores Nat Faxon y Jim Rash (guionistas de otro gran film, Los Descendientes), también forman parte del excelente casting de esta película. Aquí nos proponen acompañar a Duncan por ese camino hacia sí mismo, y cada paso que él da nos llena a nosotros de nostalgia, de reflexiones, de sonrisas y en algunos casos de carcajadas que -hay que decirlo- la comedia norteamericana, bien escrita, siempre logra.
No estamos frente a un guión pretencioso, ni siquiera inteligente, pero si ante una buena historia. Si a eso le sumamos actores de primera línea con diálogos precisos y nunca sobreactuados, tenemos ante nosotros la posibilidad de disfrutar de una muy buena película a lo largo de un poco más de una hora y media.
Instalado en la casa de la playa, junto a su mamá, su novio y la hija de él (Zoe Levin), Duncan tendrá que encontrar la manera de sobrellevar el verano y todo lo que ello implica: el novio de mamá lo menosprecia en cuanta situación puede, tiene una relación con su madre (Toni Collete) más distante de lo que ambos quisieran, cuenta con una vecina alcoholizada las 24hs (aplausos y muchos para Allison Janney), la posibilidad de hacer amigos, la oportunidad de conquistar a su hermosa vecina (AnnaSophia Robb), y sobre todo deberá encontrar ese lugar de pertenencia que todo adolescente -y cada uno de nosotros- necesita.
En uno de los muchos y geniales momentos con referencias a los años 80, el personaje interpretado por Sam Rockwell, Owen, pide un héroe para un problema en uno de los toboganes del parque acuático: tiene que ser fuerte, rápido y salir victorioso de toda batalla, como nos pedía Bonnie Tyler en su famosa canción “I Need a Hero”, cualidades que a primera instancia parecieran no coincidir con nuestro protagonista. Sin embargo, a través del film Duncan va encontrando esa fuerza para salir airoso de cada situación que se le presenta, ayudado en mayor parte por Owen y el “staff” de este parque acuático.
Lo mejor de los caminos -dicen- está en recorrerlos. Tal vez Duncan haya empezado el suyo solo, de espaldas hacia lo que está por venir, aunque gracias a dos grandes guionistas posiblemente lo encontremos al final de frente a lo que hay que dejar ir…