“UN CAMINO HACIA MI”: SAM+10
En la narrativa del cine, siempre hay algo que hace que una película sea recordada u olvidada. Hablo de que cada film puede tener al menos un aspecto bueno y bien construido, pero también de que otras logran el éxito por el simple hecho de que un factor desplaza a otro por la calidad de su naturaleza. Puede ser que la historia sea repetida o un lugar común pero sus personajes son inolvidables. Esto es UN CAMINO HACIA MI (The way way back).
Dirigida por la dupla Nat Faxon y Jim Rash, el film atraviesa un verano en la vida de Duncan, un adolescente de 14 años con dificultades para relacionarse que tratará, con la ayuda de un carismático gerente de un parque acuatico (Sam Rockwell), de encontrar la fuerza que precisa para poder conocerse a sí mismo, y de paso, enfrentarse a su padrastro (Steve Carell), y volver a relacionarse con su madre (Toni Collette).
La historia, llena de lugares comunes, diálogos clichés y una narrativa inteligente y dulzona logra su mejor estado gracias a sus personajes. Todos y cada uno de ellos están muy bien construidos (desde la parte conceptual hasta la caracterización) y se cargan, básicamente, el alma del film al hombro. Y es que cuando se carece de un protagonista fuerte (tengamos en cuenta que Liam James, quien hace de Duncan, cumple pero aun es inexperto en el área de la actuación) se debe plasmar la historia de grandes y ricos personajes secundarios que nutran la misma. Tanto Carell como padrastro prepotente y conflictivo, la inmensa Collette como la madre sumisa que no entiende a su propio hijo y, sin duda el personajes secundario que hace recomendar esta película es el del increíble Sam Rockwell. Rockwell siempre nos ha malcriado haciendo papeles secundarios que logran superar (con creces) al protagonista por su actuación y carácter. Esta vez no es la excepción. La mismísima interpretación de Rockwell justifica la entrada al cine y agrega una anotación, no nos olvidemos de Sam, él va a ser parte del futuro de Hollywood.
En conclusión, UN CAMINO HACIA MI es una cálida historia similar al estilo Little Miss Sunshine, esas que no rompen taquillas pero siempre son traídas a la memoria en cual reunión de amigos/as se presente. Repetimos, no por la historia en si, ni por sus predecibles golpes bajos, sino por la calidad y el carisma que transmiten los personajes.