DERRUMBE Y RECOMIENZO
Film simpático y emotivo. Transmite ganas de hacer cine, empuje y vitalidad. No es poco. En sus momentos risueños recupera el tono de la buena comedia costumbrista italiana. Y en los momentos duros, no recarga las tintas. Nos habla de las vicisitudes que enfrenta una familia (madre y dos hijos) venida a menos. Tienen un castillo pero no pueden mantenerlo. El hijo se está muriendo y la hija, Louise, es una ex actriz, que busca un amor, un hijo, un rumbo. Ella es Valeria Bruni-Tedeschi, una buena directora y buena intérprete que encara con aire fresco y despreocupado un relato absolutamente autobiográfico: la que hace de madre es su madre, el que hace de novio es su novio y tuvo un hermano que murió joven. De allí el tono sentido y humano de ese retrato. Transcurre en Italia y Francia. La bancarrota acecha. ¿Alquilarán el castillo, venderán sus cuadros más valiosos? Todos tantean sin encontrar el camino. El amor, la amistad, la religión hacen su parte. En ese árbol abatido de la escena final surge la imagen de un derrumbe que puede ser también la puerta a un nuevo florecer. No es perfecto ni mucho menos, pero sus escenas convencen y sus personajes tienen vida.