Luz Ruciello conoció a Omar José Borcard de casualidad. Y lo filmó durante casi nueve años, un esfuerzo justificado dado el calibre del personaje. Amante empedernido del cine, Omar construyó una sala en su propia casa con la colaboración de su esposa y los aportes de algunos vecinos. Y no lo hizo una vez, sino dos, obligado por circunstancias que revela este documental notable por su rigor formal y su aliento poético. La increíble historia del Cine Paradiso de Villa Elisa, Entre Ríos, remite obviamente a la de la recordada película de Giuseppe Tornatore, pero en clave criolla. Es atrapante por sí misma, pero también por estar contada con delicadeza, solvencia y el mismo amor que el protagonista tiene por su máximo ídolo, Palito Ortega.