La cuestión fundamental para disfrutar más o menos esta película es si conocés o no el hecho real. En mi caso particular no lo conocía, así que quedé sumergido en la intriga teñida por una familiaridad que solo puede dar un film argentino. Pese a eso, se me hizo media obvia y el desenlace esperado. Ahora bien, siento que no puedo objetárselo porque es un retrato de la realidad y no la invención de un guionista. Aún así, te mantiene en vilo y te genera mucha bronca. Su otro gran atractivo es la impecable recreación ochentosa en Rosario. Es un laburo verdaderamente impecable. Por otro lado, Nicolás Francella se sigue consolidando como uno de los actores líderes de su generación. Aquí muy bien acompañado por Matías Mayer y Malena Sánchez. Por su parte, Darío Grandinetti aporta su toque de precisión actoral de excelencia, tal como lo hace siempre en todos sus roles. Un crimen argentino es un gran thriller nacional, un género que afortunadamente viene creciendo y que aquí se le anima a una parte de nuestra historia.