Un thriller con denuncia social sobre los dilemas morales de la clase media, algo que vemos a diario, la cultura del “no te metas”, del hacer que no vimos nada. Un crimen común invita a la reflexionar sobre qué haría uno en ese lugar, sobre la elección de no entrometerse en lo social porque es “más cómodo”. En cuanto a la estética, es excelente jugando con tonos oscuros y sombras que enaltecen el suspenso. Pero, lo más importante, interpela al espectador poniendo en conflicto su propia consciencia. Un film que destaca en todos sus aspectos, con una narrativa sólida, actuaciones excelentes y, por último pero no menos importante, la desnaturalización de esta forma de pensar y vivir.