Moroso docudrama sobre un amor triste
Lo que vemos no es exactamente un documental, sino más bien una especie de docudrama minimalista, de planos largos, detenidos, siguiendo la historia de un amor triste: el de una muchacha que vive en un monobloc con sus padres viejos, con otra que viene a visitarla ocultamente por las noches. Ambas sueñan vivir juntas, lo que resulta difícil ya que la chica debe cuidar de sus padres. Además, no tiene trabajo, ni oficio para conseguirlo.
Así la vemos, para colmo desganada, dejando currículums, asistiendo a una clase de cocina, y a otra de lectura para "ni-ni" becados, que es la parte más risueña. El maestro busca que alguien lea más o menos decentemente un poema de Yolanda Castaño ("Si no sé escribir mi nombre", etc.) y termina reclamando a las alumnas que no vuelvan, así "los demás no pagamos nuestros impuestos para que perdais el tiempo".
La acción transcurre en el barrio gitano de Almanjáyar, Granada, lo que permite una boutade notable. Ante la estatua de Isabel la Católica (1451-1504) una de las jóvenes dice "es la que mandó a que fusilaran a todos los gitanos", agregando "que eran esclavos". Y la otra, para completarla, pregunta "¿Está muerta, no?". El maestro todavía se debe estar tirando de los pelos.
Lo curioso es que, paulatinamente, éstas y demás criaturas que por ahí vemos acaban despertando en el público un sentimiento de piadosa comprensión. Contribuyen a ello la indefensión de la piba, el tempo de la obra, el clima invernal en que mayormente transcurre, los paréntesis de llovizna y tristeza. En algún momento las chicas canturrean un tema de Roberto Ternán y Cuti Carabajal, que da título a la obra: "Igual al mar son para amar tu amor y el mío, un día azul, un día gris, igual al mar". Lo desentonan de manera aflamencada, pero hasta eso se les perdona.
A propósito, el mismo Cuti es productor asociado de la obra, y Florián Carabajal le ha hecho la música. Autoras, Melina y Luciana Terribili. Productoras, Gema Juárez y Mayra Bottero.