Gatsby (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) parecen quererse. Son muy jóvenes y de hogares adinerados, pero él es un pedante aspirante a intelectual de Nueva York y ella, una estudiante de periodismo de Arizona. El decide mostrarle la ciudad el fin de semana y ella, entrevistar a un director de moda (Liev Schreiber) para el periódico universitario.
Suerte de comedia de las equivocaciones, batido de peripecias donde todo puede suceder, "Un día lluvioso en Nueva York" es una comedia de los "70-"80, con jazz de los "40 y personajes que ya acompañaron a Woody en su juventud. Así, Gatsby es el Woody quejoso, nada conforme con su destino de hijo de ricos, pero aprovechador del momento para disfrutar un fin de semana y un hotel de lujo, pagados con el dinero de sus padres, en tren de deslumbrar a su noviecita rural. Ni pensar que las cosas de la vida lo harán volver a su madre, con apariencia de señorona y pasado innombrable, para convertirse en su confidente.
Con ellos se mezcla un guionista engañado (Jude Law), amigo del director veterano entrevistado por Ashleigh, y también aparecerán la dispuesta Shannon (muy bien Selena Gómez) y el tal Diego Luna (un pariente del Zorro), otro anacronismo de este salpicón elegante, con su presencia de galán mezcla latino-español deslumbrando a un público que nunca puede ser el de esta época y que responde al amado recuerdo vintage del imaginario Allen.
Y para completar la galería de personajes, la millonaria madre de Gatsby (destacada Cherry Jones), que tras su nivel de anfitriona del jet set esconde un oscuro pero divertido secreto. Una rica fauna desplazándose en los lugares amados por Woody, el Central Park, las exposiciones del Met, el art déco del Hotel Carlyle, bien fotografiados por un Vittorio Storaro fiel a su teoría de la relación entre los colores y la percepción de las emociones.
A FAVOR Y EN CONTRA
Que a algunos les parezca un guion descabellado o pasado de moda, que a otros les resulten graciosas las situaciones, como en algunas de las viejas comedias de Woody, o que a algún tercero le provoquen disonancias sus reiteraciones y las piense como zombies en plan vintage:, todos tienen razón. Pero hay momentos en que los nostalgiosos mueren por esas corridas bajo la tenue lluvia neoyorquina, con música de jazz o el piano del insoportable Gatsby (un insípido Chalamet), convocando a Chet Baker y su "Todo me pasa a mí". Mientras otro antiguo admirador del director de "Manhattan" asocia a Ashleigh (la desbordante Elle Fanning) con una vamp que se llamó Marilyn Monroe y que los millennials desconocen.
Es que la memoria se recicla y aunque los viejos juegos ya no se juegan con calidad, antiguos compases y amarillentas imágenes, que alguna vez fueron amados, suelen convocar realidades imposibles de olvidar.