Como un detective de un film noir o un superhéroe, Carlos Borghi está siempre alerta ante cualquier situación que requiera de su auxilio. Un simple llamado lo obliga a dejar todo y, vestido con su negro uniforme, se dirige a dar bienestar a la comunidad. Ilumina con su linterna sector por sector, rincón por rincón, hurga, hasta dar con su enemigo formidable.