Distintas medidas de entretenimiento
Llega a las salas una nueva comedia de acción, de esas que tanto abundan en los últimos años, con una combinación más que interesante: la dureza de Dwayne Johnson junto al histrionismo de Kevin Hart.
Escuela secundaria. Diversidad de alumnos (el ganador, el brabucón, la chica más linda y el perdedor). Reencuentro de egresados luego de varios años (cuantos más años, mejor). Siempre alguno de ellos cambia y he aquí el disparador de la historia. ¿Cuántas veces se nos presentó esta situación en la comedia norteamericana de la actualidad? Ya es moneda corriente acudir a este recurso, por lo que se despliega un notorio cliché. Ahora bien, el hecho de que la historia comience de este modo, no significa que todo va a ser cotidiano para uno, por lo que siempre debemos estar expectantes y dejarnos sorprender. Una comedia de acción protagonizada por uno de los actores más populares del momento junto a uno de los comediantes que pisa cada vez más fuerte en las taquillas es una mezcla que puede resultar sorprendente. ¿Pasará esto? ¿Logrará este film esquivar lo ordinario y asombrarnos? Vayamos a ver que nos trae de nuevo Un espía y medio (Central Intelligence, 2016), film dirigido por Rawson Marshall Thurber.
Plasmado desde la producción de la película hasta en el desarrollo del marketing de la misma a la hora de la distribución, la diferencia de tamaño de los actores protagonistas fue uno de los recursos utilizados para lograr la atención del film. “El pequeño Hart y el gran Johnson” es una de las frases que se esboza en las imágenes de promoción de esta comedia. Se busca el impacto, la atracción de ver a los dos juntos como héroes de acción, sin importar la trama, el resto del reparto y la sorpresa que podría ocasionar al verlos a la par. Más allá de esto, el largometraje logra cumplir con su meta de entretener y, sumado a alguna que otra risa, nos proporcionan casi 105 minutos de un viaje divertido pero evidente, donde la originalidad parece quedar de lado.
Pasemos a indicar cuál es una de las razones por la que este film, pese a escasear de originalidad, logra hacernos pasar momentos geniales. Su fuerte es lo bien que funcionan juntos esta dupla despareja, lo cual se convierte en la principal atracción en la pantalla grande. En uno de los extremos está Dwayne Johnson, uno de los actores más influyentes en la taquilla mundial de los últimos años. La saga Rapido y Furioso recurrió a él para un rol protagónico y el gigante demostró estar a la altura de los acontecimientos. La segunda parte de Viaje al Centro de la Tierra (Journey 2: The Mysterious Island, 2012) se quedó sin Brendan Fraser y desde la producción buscaron a alguien que pudiera juntar a toda clase de espectadores: “The Rock” volvió a dar en el clavo. Cuando se creía que G.I. Joe: El contraataque (G. I Joe: The Rise of Cobra, 2009) estaba muerta, Johnson se anotó para la segunda parte y de cierta manera se revivió a la franquicia. Ahí la duda estaba expresada si el ex luchador era un amuleto de la suerte o si realmente el carisma de este gigante era suficiente para atraer al público. La respuesta a esta incertidumbre se solventó en el año 2015 ya que con Terremoto: La falla de San Andrés (San Andreas, 2015), Dwayne Johnson demostró que puede ser el único protagonista de peso, romper la taquilla y lograr la confirmación del desarrollo de una segunda parte. Sin lugar a dudas, “The Rock” es una clara garantía de confianza. En el otro extremo, se encuentra a uno de los comediantes más destacados de los últimos años que, a base de constancia y esfuerzo, se ganó un lugar dentro de la industria cinematográfica. Estamos hablando de Kevin Hart que, en lo últimos cuatro años logró la meteórica tarea de trabajar con Sylvester Stallone y Robert De Niro en Ajuste de cuentas (Grudge Match, 2013), romper la taquilla norteamericana junto a Ice Cube con la comedia de acción Novato en apuros (Ride Along, 2014), hacernos estallar de la risa junto a Will Ferrell en Dale duro (Get Hard, 2015) y prestar la voz para una de las películas de animación del momento como La vida secreta de tus mascotas (The Secret Life of Pets, 2016). Sin nada que dudar, en los últimos años Kevin Hart demostró que de pequeño solo tiene su altura.
Un espía y medio logra lo que se propone: Destacarse en la taquilla y aportarnos cuotas de humor. Con cameos más que interesantes - Aaron Paul (Breaking Bad), Jason Bateman (Quiero matar a mi jefe) y Melissa McCarthy (Damas en guerra) a nuestro servicio -, ver a esta gran dupla protagónica funciona también como una antesala al regreso de la ansiada Jumanji (2017) que tiene a ambos como parte del reparto. No estamos seguros si el reiniciar un film tan emblemático será un riesgo, si abundarán los clichés o si se correrá el peligro de no demostrar originalidad. De lo que estamos seguros es que, si de taquilla se trata, tener a “El pequeño Hart y al gran Johnson” al frente de un film será un éxito. Ojalá que los productores utilicen esa seguridad como puntapié inicial y arriesguen un poco más para que el asombro le gane a los clichés.