Dentro de la tónica de dos socios incompatibles y diferencias visuales notables, haciendo gala de una copia lisa y llana de aquella buena comedia “Gemelos” (1988) dirigida por Iván Reitman, protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito.
En este caso la idea de promover lo gracioso es casi idéntica, no son hermanos, pero quedaron hermandos en un acto veinte años antes del tiempo actual en el que transcurren las acciones.
Robby Wierdich, (Dwayne “The Rock”Johnson) ahora conocido como Bob Stone (que buen chiste autorreferencial, rock y Stone son sinónimos según se pueda entender) es un agente de la CIA, cerebro y musculo en proporción directa.
Calvin Joyner (Kevin Hart), casado con Maggie (Danielle Nicolet), su novia de la preparatoria, es ahora un triste, aburrido y frustrado contador.
El primero, era un obeso y pusilánime blanco de todas las burlas de sus compañeros, un símbolo perfecto del acoso escolar. El segundo, era el chico popular por excelencia de la secundaroia, con un futuro promisorio.
Se esta organizando un encuentro luego de 20 años de su generación de egresados, Wierdich-Stone regresa a su ciudad natal para esa reunión de ex compañeros. Nadie sabe que fue de él. Peor le van las cosas del curso previsto por Calvin.
El renovado Robby terminara por enredar a su antigüo protector en un sinfín de aventuras, conflicto, persecuciones y suspicacias a las que el pobre contador no está acostumbrado.
De hecho casi sin contar demuestra que ésta película es, ya desde su idea, presentación de personajes y estructura extremadamente básica y predictible.
Asimismo todos los gags, grandes sitios comunes, se explayan a partir de la discriminación sobre los estereotipos.
Lo salva del incendio generalizado la buena predisposición de sus intérpretes y la buena factura en tanto técnica de filmación.
El director Rawson Marshall Thurber – responsable de cintas como “¿Quién *$%! son los Miller? (2013) - sostiene el ritmo por pericia propia, a pesar del mal desarrollo de un guión que atrasa varias décadas, posiblemente porque parece haberse tomado el trabajo alejado de la seriedad.