Un Golpe con Estilo es una película que logra entretener al espectador a lo largo de sus 97 minutos, pero poco se puede destacar más allá de una correcta puesta en escena, sus (pocos) momentos verdaderamente graciosos y la talentosa triada de protagonistas que se pone el film al hombro.
Going in Style (1979) es un film de comedia dirigido por Martin Brest que relata la historia de tres ancianos muy deteriorados y aburridos que se han resignado a vivir sus rutinarias vidas hasta morir eventualmente. Un día trazan un plan para ponerle algo de emoción a sus vidas: robar un banco, Pese a ser una comedia la película tiene una veta bastante sensible mostrando el drama de los protagonistas, su monótona vida y cómo la sociedad le da la espalda a sus mayores.
En esta nueva versión los protagonistas retienen sus nombres y el título del film original sigue igual, pero el tono de la película cambia bastante. Al (Alan Arkin), Joe (Michael Caine) y Willie (Morgan Freeman) son tres jubilados que ven cómo sus pensiones son arrebatadas por la compañía donde trabajaron durante toda su vida. Sin querer fallarle a sus familias y tapados de deudas, el grupo de amigos deciden robar el mismo banco que los está estafando después de que Joe sea testigo de un exitoso atraco.
Con un estilo más familiar y optimista (lejos del drama oscuro con algunas bromas del film original), Un Golpe con Estilo apela más a la comedia ligera y la risa fácil, sazonado con grandes intérpretes de la talla de Michael Caine (Batman: The Dark Knight, 2008), Alan Arkin (Little Miss Sunshine, 2006) y Morgan Freeman (Invictus, 2009) que aunque actúen en piloto automático, les alcanza y sobra para brindar una buena actuación.
Otros actores que cumplen con su labor en roles secundarios son Joey King (Fargo, 2014) como la nieta de Joe, John Ortiz (Silver Linings Playbook, 2012) haciendo de un criminal latino que les enseña cómo robar a los inexpertos ancianos y Matt Dillon (Wayward Pines, 2015) interpretando a un agente del FBI encargado de cazar al trío de asaltantes. El film tiene unos gags bien logrados que logran arrancarte alguna que otra risa (sobre todo en las intervenciones del personaje de Christopher Lloyd).