Me pareció ver un lindo dino
Un gran dinosaurio (The Good Dinosaur) le llevó a Disney Pixar seis años de desarrollo y en el medio perdió a su director original (Bob Peterson), quien fue reemplazado por su compañero Peter Sohn. Al ponerse al frente del proyecto, decidió que la edad de Arlo, el dinosaurio, fuera de 11 años, en vez de los 20 que había imaginado Peterson. Claramente eso llevó a rearmar la historia y mucho de lo que se había pensado al momento. "Arlo, de alguna manera, está reflejando mi propia vida, yo represento una minoría en Nueva York, cuando yo era un niño no había allí muchos coreanos y cuando estaba en esa edad de Arlo había muchas cosas que me atemorizaban en el camino de encontrarme a mí mismo", comentaba Sohn
El film reimagina la era prehistórica mostrando cómo habría sido la Tierra si el meteorito que chocó con el planeta jamás lo hubiese hecho y los dinosaurios no se hubieran extinguido. La historia se centra en Arlo, un dinosaurio que desde su nacimiento es diferente a sus hermanos Libby y Buck: es pequeño y débil. En el viaje hacia su descubrimiento y enfrentamiento a sus miedos, conoce a un niño humano perdido.
En Un gran dinosaurio estamos frente a una clásica road movie, pero en esta ocasión es animada. El guion es sencillo, y posiblemente sea el único problema del film. Se diferencia poco y nada de otras películas animadas que hayamos visto, e incluso se repiten algunas escenas calcadas (recordarán al momento de ver la película, una secuencia de El Rey León). Pero sí tenemos buenos personajes secundarios que sobresalen por diversión y ternura, el humor y el toque infaltable de tristeza que este tipo de películas acostumbran llevar como marca insignia y nos pega en los sentimientos.
Un párrafo aparte y merecido para la explotación visual de los paisajes naturales: son la estrella sin dudas de Un gran dinosaurio, sin dejar de lado las diversas secuencias de acción.
Posiblemente la crítica rigurosa no sea para Un gran dinosaurio, sino más bien para Pixar, por todos los años en carrera que lleva y por acostumbrarnos a superarse cada vez más. Estamos frente a un film decente y prolijo.
Se trata de una película recomendada para llevar a los más pequeño, porque haciendo uso del entretenimiento no deja de contar una lección de vida.