Ermitaño de la tercera edad
Todos recuerdan a ese viejo del barrio que se quejaba cuando los chicos jugaban a la pelota en la calle. En cada edificio de departamentos está ese señor mayor que se queja cuando la música está muy fuerte. Todos vimos alguna vez a algún abuelo peleándose con la atención telefónica de servicio al cliente de esas compañías que nunca lo comunican con una persona de carne y hueso. El perfil del señor mayor hosco y gruñón parece ser universal según lo que describe Un Hombre Llamado Ove (En man som heter Ove, 2016), la película sueca que estuvo nominada a Mejor Película Extranjera en la última entrega de los Premios Oscar.
Ove es un hombre de 60 años que, tras enviudar, intenta mantener encauzada la rutina de su vida, sin desviarse un centímetro. Vive en un pequeño barrio cerrado donde controla con exactitud cada detalle, desde el correcto estacionamiento de los autos, la recolección de la basura y el uso apropiado de las instalaciones. ¿A qué se debe su mal temperamento?
Con una historia que recuerda al Bill Murray de St. Vincent (2014), el relato irá alternando entre el presente de Ove y su relación con sus nuevos vecinos, quienes le permiten reconectarse con el mundo y esos momentos clave de su pasado que definieron el costado frío de su personalidad. La dosificación de la información es clave y permite mantener el equilibrio dentro de una historia que evita caer excesivamente en la sensiblería y, en cambio, revela capa tras capa la esencia de su personaje principal.
El trabajo de maquillaje sobre Rolf Lassgård, quien interpreta al gruñón de Ove, resulta increíble y explica el motivo por el cual también fue nominada a Mejor Maquillaje en los premios de la Academia. Tan importante como Ove son aquellos personajes secundarios que llenan de historias mínimas el relato y aportan un nivel de humanidad que permite la identificación de un rango mayor de espectadores.
Con momentos de comedia, nostalgia y reflexión, Un Hombre Llamado Ove reúne todos los condimentos necesarios para convertir una historia convencional en un profundo estudio de personaje.