Basada en el bestseller de Fredrik Backman, la película sueca dirigida por Hannes Holm no le será indiferente al público.
Cascarrabias y solitario, Ove (Rolf Lassgård) perdió la fe en la humanidad y vive recordando su feliz pasado. Pero todo cambia cuando Parvaneh (Bahar Pars) y su familia se mudan al vecindario, dado que harán tambalear los oscuros planes que Ove tiene para su vida.
Un hombre llamado Ove (En man som heter Ove, 2015) es un film que explora la comedia y el drama a la perfección. Porque si bien el tema obliga a la reflexión, hay instantes en los que surge tanto la risa como el llanto.
Holm construye una historia que atraviesa todos los climas. Y la particularidad es que muestra la evolución del personaje principal: Ove no es así por casualidad y las razones de su carácter tienen cierta explicación.
Las actuaciones son muy buenas, desde el protagonista (y los intérpretes que lo representan en su niñez y juventud), hasta los papeles más secundarios. Y es preciso mencionar al bellísmo y expresivo gato de raza Ragdoll que se lleva todas las miradas.
Un hombre llamado Ove es una de esas películas que el espectador agradecerá haber ido a ver. Mezcla de emociones que se complementan en una gran historia.