Es verdad que cada uno de los seres humanos somos diferentes, cada uno de nosotros tenemos personalidades muy distintas, algunos pueden ser osados, extrovertidos, con mal carácter, serios y antisociales, estas últimas por ejemplo tienen mucho en común con la película “Un hombre llamado Ove”, cuyo protagonista deja muy en claro que posee de esas características pero que el fondo todo tiene una explicación.
Ove es un hombre viudo de 59 años que empieza a afrontar la crisis de la tercera edad, desde que su mujer falleció de cáncer Ove se volvió un hombre ermitaño que evita el trato social con cualquier persona que esté a su alrededor, todo cambia cuando es despedido de su empleo, nuestro protagonista cree que ya no posee ningún propósito para seguir vivo y toma la terrible decisión de quitarse la vida para reunirse con su mujer ya muerta, pero Ove fracasa en su intento una y otra vez, de pronto llegan al vecindario nuevos vecinos, se trata de un matrimonio con sus dos hijas (y otro a punto de nacer) que poco a poco irán entablando una relación de amistad con nuestro protagonista.
“Un hombre llamado Ove” es una historia sencilla en todo sus aspectos, pero está bien desarrollada y en ningún momento busca contar más de lo que debe, la película está narrada desde dos puntos de vista, una en el presente y otra en el pasado a modo de flashback, esta última es de vital importancia ya que cuenta el porqué Ove llego a convertirse en un hombre gruñón.
Las actuaciones están todas muy acertadas, excelente el trabajo actoral por parte de Rolf Lassgård interpretando a Ove. La película estuvo nominada dos premios Oscars en la última entrega de premios, una como mejor largometraje extranjero y como mejor maquillaje, en ambas categorías pudo haber obtenido las estatuillas.
“Un hombre llamado Ove” es una película hecha de puro corazón y que deja cautivado al público con su sencillez, una de esas películas que vemos y al salir de la sala nos deja bastante conformes, lo único negativo que le encuentro es el rápido desenlace, pero aun así no deja de ser conmovedora.