La fórmula se usó muchas veces, pero no deja de funcionar cuando hay un guion ágil y un elenco sólido. Pierre Niney (que hace poco encarnó a Yves Saint Laurent en el film homónimo) es Mathieu Vasseur, un operario de mudanzas que sueña ser escritor, con ambiciones más grandes que su talento. Con un manuscrito varias veces rebotado por las editoriales, en una mudanza Mathieu encuentra el diario de un ex combatiente en la Guerra de Argelia; lo hojea, le gusta, lo pasa a Word, lo prueba y resulta un éxito editorial, bajo su nombre. Vasseur es el hombre del momento; el honor le permite levantarse a la bella crítica literaria Alice (Ana Girardot), e incluso pasar con ella y sus padres unos días soñados en la mansión familiar de la Riviera, donde busca inspiración para la segunda novela. Claro que su talento no está a la altura del libro fraguado, y la suplantación de identidad le traerá problemas impensados. Un hombre perfecto es un thriller bien facturado, con aires a las novelas del estafador Tom Ripley, de Patricia Highsmith, incluso en su resolución.