Directamente desde Francia llega a los cines Un hombre perfecto, un thriller en el cual un escritor encuentra un atajo hacia la fama y comienza su ascenso, sólo hasta que un chantajista amenaza con arruinar su vida perfecta.
Ladrón de palabras:
Es curioso que una historia sobre un hombre que roba algo personal para alcanzar el éxito tenga una trama demasiado similar a la película americana The Words (2012), una que, en su momento, disfruté muchísimo.
La diferencia acá es que la película protagonizada por Bradley Cooper tendía más al thriller psicológico reflexivo mientras que esta producción francesa cuenta con situaciones más tensas y peligrosas.
En ese sentido, en Un hombre perfecto no encontramos nada verdaderamente novedoso. El director francés Yann Gozlan optó por un thriller muy correcto pero nada arriesgado. Por ejemplo, la música nos anticipa cuando algo malo va a pasar y lo que creemos que va a suceder, eventualmente sucede.
Sin embargo, está muy bien narrada y logra sumergirnos en el conflicto del protagonista, que parece estar cada vez más y más complicado. Aplausos para el actor protagónico (Pierre Niney) que se monta toda la película al hombro y consigue que realmente nos preocupemos por el destino de su personaje.
Ascenso y caída de un usurpador:
Algo que está muy bien logrado en esta película es la lucha que realiza un escritor aficionado por salirse del anonimato. La frustración de ser rechazado, el bloqueo frente a la página en blanco, la desesperación por querer llegar a ser alguien. Por eso podemos entender a la perfección todas (bueno, casi todas) las decisiones que toma a lo largo del argumento.
Así, funciona como una reflexión sobre el propio peso de la fama, y especialmente sobre la búsqueda de la transcendencia y el reconocimiento que todos anhelamos (de una forma u otra). Quizás la película pierde un poco de seriedad por la gran cantidad de cosas que le pasan al protagonista (algunas un tanto exageradas). Sin embargo, el ritmo es lo suficientemente frenético como para no aburrir y el desenlace (fuera de lo convencional) adiciona un elemento perverso y admirable.
Conclusión:
Un hombre perfecto, película que arrasó la taquilla francesa, no se presenta como un film particularmente creativo. Es más un disfrutable ejercicio de suspense, un thriller clásico (al mejor estilo Alfred Hitchcock) que genera tensión en muchas de sus escenas y brinda un entretenimiento pleno. Muy prolijo, aunque sin capacidad de generar misterio.