La historia de un ladrón que termina con su carrera interpretada con elegancia por un actor que termina con su carrera no puede no ser irresistible.
La historia de un ladrón que termina con su carrera interpretada con elegancia por un actor que termina con su carrera no puede no ser irresistible. Esta película cumple con lo que promete (buenas actuaciones y humor amable), y con el tono “medio” americano, ese que no es ni trágico ni cómico pero que abreva de ambos de un modo equilibrado, tan difícil de conseguir. En su clasicismo y su generosidad es, visto lo que tenemos cada semana, una rareza total, casi un ovni en las carteleras.