El director de “A Ghost Story” y “Pete’s Dragon” nos trae esta historia basada en hechos reales que cuenta las desventuras de Forrest Tucker (Robert Redford), un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella. De hecho, logró fugarse en 18 ocasiones y cometió su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años. Este film se une a “The Mule” de Clint Eastwood y a otros tantos relatos de criminales de la tercera edad que, a pesar de la vejez y los achaques de la misma, continúan ejerciendo su profesión. Lo atractivo del film pasa por su estética que recuerda a los films policiales de los ‘70/’80, período en el cual también se desarrollan varios de los acontecimientos de la vida del señor Tucker, pero, además, a ese atípico acercamiento a los relatos de criminales que roban bancos. La trama se enfoca más en cómo este hombre y sus socios (interpretados por Danny Glover y Tom Waits) continúan delinquiendo a pesar de los años y en cómo disfrutan de esos atracos que consideran su profesión. Igualmente, el largometraje se centrará, sobre todo, en la figura de Redford y en cómo consigue gozar más que nada de la impunidad a través de su carisma y buenos modales.
Por otro lado, Forrest Tucker se verá involucrado sentimentalmente con Jewel (Sissy Spacek), una mujer solitaria que disfruta de una estancia y del cuidado de sus caballos, representando varios aspectos de la vida del fugitivo que solía descuidar o daba por sentado y que ahora lo tienen cavilando al respecto. Todo esto mientras el oficial de policía John Hunt (Casey Affleck) descubre varios puntos en común entre una serie de robos que lo llevan a pensar en Forrest y sus socios.
La película, sin representar algo totalmente novedoso, se nutre de la interpretación de Redford, que compone al carismático ladrón, al igual que de un acertado elenco de actores secundarios y una historia atractiva por su relación con la realidad. Si a eso le sumamos una reproducción de época muy atinada y una edición impecable que le dan un ritmo y una estética muy lograda al relato obtenemos una cinta atrapante y entretenida, donde lo que resalta es la forma en que está contada más allá de la simpleza de la trama. Por otro lado, la obra se beneficia de la sensibilidad de Redford y su entrega que componen supuestamente el punto final a su larga trayectoria como actor. Un rol que le calza perfecto y que nos recuerda (al menos un poco) al timador que interpretó en el exitoso film “The Sting” (1973).
“The Old Man and the Gun” es uno de esos relatos sumamente disfrutables, que sin descollar nos hace pasar un rato agradable gracias al talento de sus intérpretes. Resulta interesante cómo esta tratada la relación afectiva de la pareja protagónica, al igual que la relación con el pasado del personaje principal. Por otro lado, esa persecución entre el criminal y la policía, que no se da de una forma típica también ayuda a que el film se eleve por sobre el resto de este estilo de películas.