En "Un ladrón con estilo" (The Old Man & The Gun) Robert Redford roba por última vez nuestros corazones despidiéndose así de la pantalla grande.
Basada en la historia que salió publicada en el periódico New Yorker en 2003 sobre la vida de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella, y que logró fugarse en 18 ocasiones cometiendo su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años.
La película nos muestra a este encantador y carismático ladrón ya en el ocaso de su carrera. También nos muestra a este encantador y carismático actor ya en el ocaso de su carrera. Y parte del juego está ahí. Así como aprovechó Iñárritu con Michael Keaton en “Birdman” la similitud entre actor y personaje, aquí también vemos este recurso funcionando perfectamente al servicio del film, dejando que no sea un mero guiño al espectador, y aprovechando todos los recursos y el oficio que Redford tiene a su alcance: lo vemos interesante, original, cautivador, orgánico y espontáneo. En más de una escena nos deja joyitas, sutilezas para los fanáticos de las actuaciones reales y no tan grandilocuentes.
Pero no dejemos que esto sea sólo una oda a Redford y hablemos un poco del film que tiene mucho para brindarnos. David Lowery pareciera en esta oportunidad manejarse en un punto medio entre los trabajos comerciales y de alcance masivo que ha hecho por encargo, y un cine más personal y arriesgado (“A Ghost Story”, una joya del 2017 dónde podemos encontrar un plano fijo de 5 minutos de Rooney Mara comiendo una tarta) en dónde juega en algunos casos con el tono onírico que ofrece Terrence Malick en sus películas. Aquí podemos ver cierto dinamismo y toques de humor para hacer todo más llevadero, pero también hay poética y puede tomarse su tiempo cuando así lo precisa. Acompañando está la música a cargo de Daniel Hart que impregna todo con el sabor de la nostalgia.
La industria de Hollywood todavía sigue en lucha consigo misma en su esfuerzo por ser inclusiva y adaptarse a los nuevos cambios de paradigma. Es por esto que al día de hoy sigue siendo poco habitual ver historias de amor que no sean de personas jóvenes, bellas y heterosexuales sin que sean mostradas como rarezas. Tal vez por esto, o gracias a un gran trabajo actoral de la pareja protagónica (completada por Sissy Spacek, otra icónica figura) fue que me pareció muy bella y verdadera la historia de amor que se muestra entre estas dos personas mayores.
Pero Lowery no escatimó actores sólo para la dupla protagonista. Cuenta también con su actor fetiche, Casey Affleck, con la verdad a la que nos tiene acostumbrados, y no puedo dejar de destacar al entrañable Tom Waits.
El paso del tiempo, la libertad, la búsqueda de la felicidad son temas recurrentes en el director que aquí también resuenan. En el film escuchamos recurrentemente el sonido de un reloj. Ese reloj que cronometra cada salidera bancaria, pero también es el reloj que marca el inevitable paso del tiempo que cae sobre nuestro protagonista. Y que recae también sobre uno de los grandes íconos vivientes de Hollywood.
Si sos amante del cine “The Old Man & The Gun” es un suceso para ver (contiene un gran momento con imágenes de otras películas de Redford donde todo fanático se llenará de nostalgia), dado que a pesar de ser una película que tiene mucho para ofrecernos debemos admitir que siempre será recordada como la última película de Robert Redford.
Por Matías Asenjo