Toda una decepción. Cuando uno sabe que el actor principal es John Cusack, va como bien predispuesto, es un muy buen actor, (aquí lo demuestra), que sabe elegir muy bien los proyectos en los que participa (siempre hay una excepción que confirma la regla, y es esta).
Corre el año ¿2009?, Lou (Rob Corddry) llega muy tarde y muy borracho a su casa, provoca un accidente, debe ser internado, todos creen que intento suicidarse. Sus dos amigos Adam (John Cusack) y Nick (Craig Robinson) deciden llevarlo a pasar un fin de semana en un hotel de montaña en el que los 3 estuvieron cuando eran jóvenes y del que les ha quedado recuerdos inolvidables. A ellos se les pliega el sobrino de Adam.
Deciden relajarse y recordar las buenas épocas sumergidos en el jacuzzi del hotel, descubriendo que la bañera es una máquina del tiempo que los ha transportado al pasado, exactamente al año 1986.
Inicialmente creerán que deben hacer exactamente lo mismo que hicieron entonces, pero luego se darán cuenta de que están ante una oportunidad única de cambiar sus vidas. Sólo hay un pequeño problema: el pasado y el futuro no son tan sencillo de modificar como ellos creen.
Si usted ve aquí un refrito de “Volver al Futuro” (1985) esta en lo correcto, salvo por las intenciones de posicionarse como políticamente incorrecto, perturbador o movilizante, que en realidad no lo logra, con el agravante que todos los gags son tontos y previsibles, que además, por momentos, algunos resultas groseros, en tanto otros, de referencias sexuales y escatológicas, de muy mal gusto.