Durmiendo con el enemigo
La filmografía de Lasse Hallström es por demás de despareja. Hace tiempo brilló con “El año del arco iris” y “¿A quién ama Gilbert Grape?”, pero en los últimos años apostó (muy mal) por un cine superficial y anodino. “Un lugar donde refugiarse” viene a sumar al balance negativo. Basada en una novela de Nicholas Sparks (el mismo de “Mensaje de amor” y “Diario de una pasión”), la película termina siendo una copia de “Durmiendo con el enemigo”, aunque más estilizada y rebuscada. En el centro de la escena hay una joven que escapa de un marido golpeador y termina buscando una nueva vida en un pequeño pueblo costero. Allí va a conocer a un viudo que está tratando de superar el duelo mientras cría a sus pequeños hijos. Lo previsible: el romance. Lo imprevisible: la figura de un obstinado policía que busca a la protagonista por asesinato. Hallström se mueve bien en el melodrama, pero esta mezcla de romance y thriller light no le sienta bien. Tal vez el principal problema es que la historia de amor no termina de cuajar, y la falta de química entre los protagonistas no ayuda para nada. Para rematar, los cinco minutos finales se reservan un giro sorpresa tan cursi como irritante.