Ante la escasez patológica de films románticos y melodramas, uno nuevo es buena noticia. Claro, si es bueno. Aquí hay una chica linda y atormentada que inicia una nueva vida en un pueblito perdido, se enamora y zas, se ve alcanzada por su pasado. No sería un problema la previsibilidad si no fuera por el estilo siempre plano y carente de la pasión -que hace falta en estos casos- del sueco Lasse Hallstrom, apenas un empleado al servicio del productor que venga.