¿Un lugar donde refugiarse es una película que contiene todos los clichés imaginables y previsibles del género? La verdad que si. ¿Entonces es malísima? Para nada, se deja disfrutar y la historia es llevadera.
Si bien es verdad que el autor Nicholas Sparks se repite así mismo en sus novelas y en consecuencia las adaptaciones cinematográficas no pueden escapar de ello, hay que concederle al hombre que sabe hacer su trabajo muy bien y que satisface a su público.
Es dudoso que vuelva a publicar algo tan bueno (y tan bien adaptado al cine) como Diario de una pasión (2004), lo viene intentando sin éxito desde hace una década pero en esos esfuerzos logra generar total empatía con las mujeres que suspiran por sus personajes y los hombres que las acompañan a veces se sorprenden.
Este estreno contó con la dirección del sueco Lasse Hallström, quien supo brindar peliculones como Las reglas de la vida (1999) y hacer llorar a todo el mundo con Hachi, siempre a tu lado (2009).
Esta es la segunda vez que adapta una de las novelas de Sparks. En 2010 hizo lo propio con Dear John, film aniquilado por la crítica pero que aún así logró sacar a Avatar -luego de siete semanas consecutivas- del primer puesto y fue un éxito teniendo en cuenta de que se trataba de un drama romántico.
Aquí la formula se vuelve a repetir pero con un poco más de hincapié en la protagonista femenina: Katie, interpretada por la bella actriz/cantante Julianne Hough, a quien conocimos el año pasado en el genial musical La era del rock.
Hough aporta carisma y sencillez y aunque todo el tiempo se encuentra caminando en la fina línea entre lo aceptable y el ridículo sortea muy bien esos obstáculos y queda bien parada.
Casi lo mismo ocurre con su partenaire Josh Duhamel pero su actuación es bastante tosca. Sin embargo cumple con su cometido de que la platea femenina fantasee con el tipo fachero, buen padre y viudo.
Completamos con el personaje de Cobbie Smulders (famosísima por la serie How I met your mother) quien desde un principio está cantado su lugar en la historia aunque se intente sorprender.
La fotografía, ritmo y música son casi un calco de Dear John y no porque el director no tenga otro estilo o versatilidad sino por el material que tenía que adaptar. Y está bien que así sea porque como producto final cumple con la identidad buscada.
Seguro que Un lugar donde refugiarse va a ser bastardeada por la crítica y por la mayoría de esposos/novios que acompañen a sus parejas a ver esta propuesta, pero los más sensibles pasarán un buen rato aunque no lo admitan y las chicas largarán más de un suspiro.