Nuevo traspié del gran director Lasse Hallström
Una chica sale corriendo de su casa, toma un ómnibus de larga distancia, al otro día encuentra un lindo pueblito, se cambia el nombre, enseguida consigue trabajo, casa, y un pretendiente amable, pintón, viudo con hijitos agradables y negocio instalado. Inicia una nueva vida, los vecinos son encantadores y todo eso. Pero el marido, del que había escapado, es un violento que no para hasta encontrarla. Si, señor, esta novela reconoce, o debería reconocer, unos lindos ingredientes de "Durmiendo con el enemigo". Amén de todas las anteriores de Nicholas Sparks, que casi siempre se repite.
Este hombre, prolífico escritor de novelas románticas, dueño de la Nicholas Sparks Productions y otros kioskos, es el responsable original de ésta y otras películas como "Mensaje de amor", "Un amor para recordar", "Diario de una pasión", "Noches de tormenta", "La última canción", "Querido John" o "Cuando te encuentre". Quien haya visto alguna, ya sabe de qué se trata. Y quien haya visto todas, ya sabe con quién se trata. Porque seguro que tiene diabetes.
Sabe también que hay versiones más afortunadas que otras. No es lo mismo "Diario de una pasión", basada en "Diario de Noa", que el disparate de "Cuando te encuentre", que era mala de nacimiento. La que ahora vemos fue dirigida por Lasse Hallström, que ya se había encargado de "Querido John". Hallström es un señor director, autor de joyas como "El año del arco iris" (Mi vida como un perro), "¿A quién ama Gilbert Grape?", "Las reglas de la vida" y "Siempre a su lado", la del perro con Richard Gere. Pero ultimamente anda de capa caída. Y esta película no es de las que levanten su carrera.
Quizá dentro de un tiempo ni siquiera los fanáticos la recuerden demasiado. Tampoco la desdeñarán demasiado. La parte policial refuerza bien a la romántica, que es previsible y adocenada, salvo una cursilería típicamente sparksiana con el espíritu de la finada esposa. El pueblito donde transcurre la historia, Southport, de North Carolina, es lindo. La chica Julianne Hough es linda. Los tipos no son feos, ni siquiera el que hace de malo. La fotografía es linda, y la música empalaga un poco, que es lo que cabía esperar. La verdad, nadie esperaba otra cosa. O si, pero queda mal decirlo: mucha gente espera que no hagan más películas basadas en novelas de Nicholas Sparks.