Mujer en fuga busca
Una joven (Julianne Hough) huye de una casa, ensangrentada, mientras la policía (al menos un detective) la busca afanosamente. Cuando el ómnibus en el que viaja se detiene en un pequeño pueblo costero, ella decide quedarse; y allí conoce a un joven, viudo y padre de dos niños (Josh Duhamel).
La historia de amor que sucede a esta introducción es tan obvia como el abecedario, incluso cumple con todos los clichés del caso: la chica recién llegada, el hombre cuyo corazón aún no se repara de la pérdida, la histeria inicial, y hasta la escenita de rigor bajo la lluvia. Si la película sostiene de alguna manera el interés del espectador durante casi dos horas es por ese detective que cada vez se muestra más oscuro, y que constituye el único suspenso disponible.
El guión es la adaptación de una nueva novela de Nicholas Sparks, un autor habitual en el cine (también escribió "Diario de una Pasión", y "Mensaje en una Botella", entre otros libros de género romántico que fueron llevados a la pantalla grande).
No hay nada demasiado novedoso en lo que se cuenta, y las actuaciones cumplen ajustadamente con lo que se espera de personajes muy planos, casi sin matices. De todos modos, como es de suponerse, la producción está cuidada, el escenario de ese pueblo boscoso en las costas del Atlántico también seduce al espectador, y eso hace que sea al menos un filme agradable de ver.
Sin embargo todo se derrumba en un final obvio con un giro caprichoso y por demás innecesario, que hasta bordea el ridículo. Es incomprensible la necesidad del autor y guionistas de darle ese toque. Pero a veces alguien intenta pecar de originalidad, y la penitencia la paga el espectador que se enfrenta a este final de melodrama tratando de contener la risa.